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domingo, 23 de marzo de 2014

Todos estamos de acuerdo en que la Educación debe considerar las necesidades y expectativas de la Sociedad. En este sentido, compartimos la opinión fundamentada de Sir Ken Robinson de que es necesario desechar la lógica educativa de la era industrial, que sin duda funcionó en el S. XIX. Ahora es momento de repensar nuestros modelos educativos en el contexto histórico, cultural y tecnológico que nos toca vivir. "Educar para la vida" como norte de la praxis educativa implica a considerar en serio el "Aprender a aprender", "Aprender a Hacer", "Aprender a ser" y "Aprender a vivir juntos" del muy difundido informe Delors.

La Revolución Digital es quizás la revolución más silenciosa de todos los tiempos y así la que ha realizado los cambios más profundos y acelerados en todos los ámbitos de la actividad humana. Sí sabemos que a finales de los 60' nace Internet, y que desde la primera parte de los 90', comienza un crecimiento de progresión geométrica, cuyas repercusiones en la Economía y la Sociedad, sirven de referencia e invitan a la Educación a considerar la situación pasada, presente y futura. Así aparecen y proliferan las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que marcan un importante punto de inflexión para la innovación educativa.

Varias aristas son consideradas al momento del debate sobre el potencial de las TIC en la Educación. Mucho se ha dicho sobre las necesarias adecuaciones de infraestructura como la adecuación de las salas de clase, la inversión en equipos informáticos, multimedia e Internet. Actualmente, pareciera que los costos de los recursos TIC se han reducido y paralelamente el acceso de la población a esas herramientas se vio favorecido. Desde entonces, el punto más aludido está en la utilización pedagógico-didáctica de las Nuevas Tecnologías.

En este sentido, alrededor de 200 años de Pedagogía Conductista se vieron por fin tambaleantes, no tanto por el Constructivismo, que luego evolucionó a Socio-construtivismo, y luego desprendió una corriente Construccionista, sino por las actuales discusiones entorno al Conectivismo que tiene a Internet y las TIC como aliados para el aprendizaje de profesores y estudiantes en armónica colaboración y participación.

Si algún acuerdo quedó entre miles de profesionales docentes de toda Latinoamérica, en los foros propiciados por el Curso TIC en la Educación, liderado por docentes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es que resulta ineludible para la Educación el congeniar tres tipos de Conocimiento: el de Contenido, el Pedagógico y el Técnológico. El primero hace referencia al objeto de estudio, a la asignatura; el segundo, a los fundamentos teóricos para la enseñanza y el aprendizaje; y el tercero, a la posibilidad de aprovechar la tecnología disponible para gestionar eficientemente los procesos educativos.

De esta manera, es rayano decir que la capacitación permanente de los docentes en los temas relacionados a la propuesta de Carneiro, de llegar a una Sociedad Educativa, y en donde sea posible el  Aprendizaje Personalizado y en Comunidad para un Nuevo Humanismo, hará la diferencia cualitativa frente a los demás paradigmas educativos pasados y presente.

De tal manera, es de rigor que los docentes incorporemos continuamente habilidades sociales y actitudinales que garanticen nuestra función social de cara al futuro. Esto teniendo en cuenta la preocupación de algunos por que las computadoras con inteligencia artificial puedan reemplazar en algún momento a los profesores. Todavía parece improbable que las computadoras puedan comprender alguna vez qué significa estar vivo, así que de momento, es absurdo imaginar que una máquina pueda guiar a una persona ante dilemas éticos que se dan en la existencia humana, y menos todavía, en situaciones límite. Nuestra preparación para la tarea docente en un futuro indefinido esta incuestionablemente ligada a la capacidad que tengamos de brindar valor a nuestras prácticas profesionales, valor entendido desde el aspecto axiomático. Para muchos docentes el verdadero temor está en evidenciar el miedo a lo desconocido. No es extraño encontrar docentes reticentes al cambio y en utilizar recursos TIC en el aula. Bueno, esa actitud es el freno más pernicioso de la innovación educativa.

Imagen extraída de Google Image
Finalmente, queda decir que el futuro de la Educación ya lo estamos testeando ahora. La enseñanza y el aprendizaje encontrarán sus espacios ampliados en comunidades educativas virtuales. La modalidad presencial encontrará su complemento en la virtualidad. Y la virtualidad a su vez, seguirá siendo la mejor alternativa para las comunidades que carecen de servicios educativos en su zona. Además, es obvio suponer que los contextos territoriales, sociales, económicos y culturales determinarán el modelo educativo que mejor se adecue a las necesidades emergentes y las expectativas resultantes, en donde las Nuevas Tecnologías encontrarán la oportunidad de reformular la concepción y gestión de las Instituciones Educativas.

José A. Valenzuela Fernández
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